RACISMO Y CHOLEDAD: DOS SITUACIONES LATENTES
RACISMO Y CHOLEDAD: DOS SITUACIONES LATENTES
Magno Steven Balarezo Araujo
El racismo es, probablemente,
el problema invisible más notorio para muchos peruanos. Cuando se quiere hablar
de racismo muchas personas evaden conversaciones o minimizan ese mal restándole
su importancia. El racismo peruano básicamente tiene entre sus “victimarios” a
los blancos, pitucos y ricos; mientras que las “víctimas” son los cholos,
negros, nativos y pobres. Ese antagonismo se ve en todos los aspectos de la
vida cotidiana de los peruanos.
En el punto de vista histórico;
los españoles llegaron al Perú considerando a los indios como seres inmundos,
paganos e idolatras. Creían que los indios necesitaban ser evangelizados a la
fuerza. Sus intenciones eran buenas pero muchos españoles abusaron de esas
intenciones para maltratar a los indios.
Proporcionalmente por cada
mujer española que llegaba al Perú había diez hombres por las cuales tomaron
como parejas a mujeres indígenas. Fruto de estos matrimonios nacieron los mestizos.
Los mestizos culturalmente eran cercanos a los padres españoles, pero
afectivamente cercanos a sus madres indígenas (Portocarrero, 2013). Muchos se sentían
“aculturados” por el hecho que no eran bien vistos por ninguno de las dos
culturas. Lo curioso es que esos mestizos que no se identificaban con esas dos
culturas son la base de la peruanidad actual. Los mestizos son los grupos étnicos
mas identificados del Perú.
Si nos enfocamos al racismo
en el color de la piel vemos que hay mucha información interesante. Siempre se creyó
que lo “blanco” te daba una especie de poder y privilegio. Además, lo blanco para
muchas sociedades occidentales, era considerado estéticamente hermoso. Gonzalo Portocarrero
(2013) explica que «la asociación entre el color blanco de la piel, la prosperidad
económica y la felicidad familiar es el fundamento de la “utopía del
blanqueamiento” como proyecto transgeneracional de “mejora de la raza”. Un
deseo que permanece en el imaginario postcolonial».
La “utopía del blanqueamiento”
es el ideal de muchos peruanos que no están conformes con su color de piel. Mas
allá del color de piel, lo que anhelan es tener los privilegios y ventajas que
gozan los blancos. Esos privilegios que los cholos mestizos y negros piensan
que los blancos no se los merecen por ser personas déspotas y ruines. Gonzalo Portocarrero
da una explicación de como entender a la “utopía del blanqueamiento”:
La
utopía del blanqueamiento debe entenderse como una suerte de concesión o puerta
falsa que el sistema de castas deja abierto al deseo de reconocimiento de la
población urbana colonial. Implica entonces una transacción entre dos sistemas
de estratificación social. Una negociación entre, de un lado, los blancos, que
valorizan su color de piel, y, de otro lado, todas las diferentes categorías de
mestizos, las llamadas castas, que pueden valorizar su esfuerzo y fortuna para
acceder legítimamente al matrimonio con los colonizadores (2013: 168,169)
El “ser blanco” significa
para muchos un ideal alcanzable para algunos. Desde la colonia siempre han
procurado dar mayor énfasis a la raza al momento que las parejas contraen
matrimonio. No es nuevo que cuando esas parejas tengan un hijo digan: “quiero que sea un bebe lindo, y si es
blanquito, mejor”. Quizás las parejas lo digan sin tono ofensivo, pero eso
conlleva en su interior una especie de “racismo estético”. Esas es una de las
taras que sufrimos con el racismo.
Pero vayamos mas a la
actualidad. El racismo se volvió una practica muy recurrente de las personas
que se creen superiores para denigrar a las personas mas humildes. Hay ese
antagonismo muy marcado como los “Blancos vs. Cholos”, “Ricos vs. Pobres” o “pitucos
vs. Marginales”. Eso refleja que la sociedad peruana está muy fragmentada por
individuos o sectores que se odian entre sí. Entre esos grupos marginados
racialmente y socialmente lo que sufren a diario esos embistes discriminatorios
son los “cholos”
Si quisiéramos describir
que son los cholos exactamente diríamos que son la mezcla entre un mestizo y un
indígena. Esa es una definición que dirían los diccionarios, pero el término cholo va mucho mas allá de eso. Para muchos
investigadores el cholo es un indígena
que por su esfuerzo y dedicación logró tener un espacio en la ciudad. Es aquel
que trabaja en el comercio informal y que cree que la educación ayuda a
ascender socialmente. Lamentablemente el término cholo es considerado despectivo y un insulto.
Cholo es como decir “sucio”
“chusco” o “perro”. Los peruanos tendemos a decir cholo a las personas que no
son como ellos se consideran “personas de bien”. Para esa gente “personas de
bien” son los ricos y blanquitos. A causa de ese insulto surgió el verbo cholear. Marco Avilés (2017) explica que
«el verbo cholear es un aporte peruano al
diccionario, y nos ayuda a entender quienes somos y que papel jugamos dentro de
nuestra sociedad racista y virreinal. Si puedes cholear, tienes poder. Si te cholean,
estas jodido». Muchos preguntaran quienes tienen el poder de cholear. Ese
poder lo tienen la gente de clase acomodada y blanca, y los choleados son
siempre la gente humilde y de rasgos andinos.
Ahora todos quieren proponer
soluciones para acabar con el racismo. Muchos dirán que hay que reforzar la educación
cívica en las escuelas. Otros dirán que tenemos que ser una sociedad inclusiva.
Y pocos dirán que se debe enseñar a respetar a las personas desde los hogares. Todas
las propuestas son validad y necesarias. El problema va mas allá que solo educación.
El factor mas “sutil” de que se promueva el racismo tiene que ver con los
comerciales y programas de la televisión.
La televisión desde los
años 90 mas se enfocó en presentar personajes o conductores con un fenotipo mas
“europeizante” para que el programa tenga mucho “rating”. Es raro que en un programa de la televisión privada pongan
a animadores principales a cholos. Si
lo hacen es para denigrar su imagen e incentivar su estereotipo. El caso más emblemático
de racismo denigrante que hubo en la televisión es el programa de La paisana
Jacinta. El programa que se transmitió a finales de los 90 muestra a una
mujer del ande con apariencia sucia, desmuelada, lisurienta e ingenua. Quizás el
cómico Jorge Benavides quería hacer una parodia de las paisanas, pero eso le está
costando la reputación de ellas. Lo que más ven el programa son niños que en su
sano juicio creen en todo lo que ven. Esos niños piensan que las paisanas dicen
la peculiar frase “ña ña ña” y que
siempre paran en las calles vendiendo frunas.
Actualmente muchos organismos internacionales se pronunciaron contra el programa
exigiendo su salida del aire sumando también las ONG de Derechos Humanos. Irónicamente
el canal Frecuencia Latina hizo caso omiso a los pedidos de organismos e
inclusive hace poco se estrenó su película.
El problema del racismo
es innegable para muchos peruanos que lo sufren. Todos tenemos que aprender a
tener respeto y tolerancia hacia diferentes personas. Todos somos seres humanos
que habitan en este planeta. Hay que enseñar a las nuevas generaciones que el
cambio si se puede y nosotros tenemos que ser ejemplos para que esos niños
crezcan con el real significado de IGUALDAD.
Bibliografía
- Portocarrero, Gonzalo. (2013). La utopía del blanqueamiento y la lucha por el mestizaje. Buenos Aires. CLACSO.
- Avilés, Marco. (2017). No soy tu cholo. Lima. Debate
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